El Comité Financiero francés ha anunciado la implementación de impuestos basados en la ciudadanía, lo que significa que sus ciudadanos deberán pagar impuestos a Francia aunque su país de residencia sea diferente. Para evitar la doble imposición, Francia también ha introducido créditos fiscales.
Sin embargo, esta noticia suscita muchas preocupaciones con respecto a los desafíos y la complejidad del trabajo administrativo y los tratados fiscales.
La mejor alternativa a esta situación es solicitar la ciudadanía mediante programas de inversión que conllevan beneficios como un sistema tributario favorable y una movilidad global.
En este artículo, cubriremos más sobre los países que gravan a los ciudadanos en el extranjero y cuáles son las mejores alternativas para ello.
Conclusiones clave
- El concepto principal de la tributación basada en la ciudadanía es que el ciudadano de un país está obligado a pagar impuestos en su país de origen, incluso si reside en otro lugar.
- Algunos de los mayores desafíos que conlleva la tributación basada en la ciudadanía son la doble tributación, el aumento de la complejidad de los tratados fiscales y el trabajo administrativo, y la posible reunificación de la ciudadanía.
- La mejor alternativa a los países con impuestos basados en la ciudadanía son los programas de ciudadanía por inversión. Algunos de los beneficios clave de estos programas incluyen un sistema tributario favorable, una mayor movilidad global, la sensación de seguridad, los retornos de las inversiones y las oportunidades comerciales.
- Al elegir entre la tributación basada en la ciudadanía o la residencia, debe tener en cuenta las obligaciones tributarias sobre los ingresos globales, la doble imposición, los impuestos de salida, los costos de reunificación y la complejidad administrativa.
¿Qué es la tributación basada en la ciudadanía?
La tributación basada en la ciudadanía es un sistema tributario que obliga a los ciudadanos a pagar impuestos sobre sus ingresos mundiales independientemente del lugar de residencia. Esto significa que, aunque residas fuera de tu país de origen, o incluso si tus ingresos provienen de otro país, tendrás que pagar impuestos en tu país de ciudadanía. Países como EE. UU. y Francia ya han adoptado esta política. Por supuesto, existen ciertas exclusiones, créditos fiscales y deducciones para evitar la doble imposición; sin embargo, aún hay que pagar impuestos basados en la ciudadanía, lo que puede resultar un poco difícil y costoso.
Proyecto de ley del Comité Financiero francés sobre la tributación basada en la ciudadanía
El Comité Financiero francés ha anunciado la introducción de una propuesta para un «impuesto universal específico» diseñado para los ciudadanos franceses que viven en el extranjero. La propuesta se aplica a las jurisdicciones con bajos impuestos que pasarán a adoptar una tributación basada en la ciudadanía. Las personas objetivo son ciudadanos franceses que han residido en Francia durante 3 años en los últimos diez años.
Los ingresos gravados, la herencia, las ganancias de capital y los dividendos deben pagarse como si las personas siguieran residiendo en Francia. La propuesta de Francia se aplica solo a aquellas jurisdicciones con tasas impositivas al menos un 50% inferiores a las de Francia. Este programa también tiene como objetivo evitar la doble imposición. Para ello, ha implementado un sistema de créditos fiscales, lo que significa que las personas pagarán impuestos como si siguieran residiendo en Francia y obtendrán créditos por los impuestos que ya hayan pagado en su país de residencia.
Sin embargo, esta propuesta ha suscitado muchas preocupaciones a nivel internacional. Algunos países temen las complejidades y los desafíos relacionados con el trabajo administrativo y los tratados fiscales que pueden conllevar los impuestos basados en la ciudadanía.
¿Cómo afectan los impuestos basados en la ciudadanía a los ciudadanos del mundo?
Las personas que son ciudadanos de países con impuestos basados en la ciudadanía deben pagar impuestos en su país de origen aunque residan en otro país. Para los ciudadanos del mundo, esto puede llevar a:
- Doble tributación: Sin algunos créditos o exclusiones fiscales, las personas pueden pagar impuestos dos veces: una por su ciudad natal y otra por su país de residencia.
- Mayor complejidad: Incluso si los países implementan algunos créditos o exclusiones fiscales, seguirá siendo un desafío difícil, especialmente en lo que respecta al trabajo administrativo y los tratados tributarios.
- Posible renuncia a la ciudadanía: Debido a los desafíos y las complejidades de la doble tributación, muchas personas prefieren renunciar a su ciudadanía.
Las mejores alternativas: programas de ciudadanía por inversión
Los programas de ciudadanía por inversión (CBI) son una excelente opción para las personas que desean obtener un segundo pasaporte. Estos programas requieren una cantidad específica de inversión en su país (a menudo en forma de compra de bienes inmuebles) y, como intercambio, conceder la ciudadanía a los solicitantes. Los programas de CBI son especialmente populares por sus siguientes beneficios:
Sistema tributario favorable
Muchos países que ofrecen programas de ciudadanía por inversión tienen muchos beneficios fiscales, como la ausencia de impuestos sobre los ingresos o las ganancias de capital, por lo que es una opción ideal para los extranjeros.
Movilidad global
Muchos países ofrecen una amplia gama de otros países a los que se puede acceder sin visa o con una visa a la llegada. Un buen ejemplo es Malta, que tiene el quinto pasaporte más seguro del mundo, lo que le permite acceder sin visado o con visado a la llegada a 190 países. Otro gran ejemplo es Antigua y Barbuda, cuyo pasaporte le permitirá acceder a 150 países, incluidos Schengen, Singapur, Hong Kong y muchos más.
Sensación de seguridad
Solicitar una segunda ciudadanía le brinda una sensación adicional de seguridad. Esto significa que siempre que su primer país experimente inestabilidad, siempre puede tener un plan B.
Retornos de inversión y oportunidades de negocio
Como ya hemos mencionado antes, el tipo de inversión más famoso para obtener una segunda ciudadanía es la compra de bienes raíces. Otra opción popular es invertir en negocios (establecer su propio negocio, abrir nuevos puestos de trabajo, etc.). Todo esto puede reportarle una alta rentabilidad. Por ejemplo, puede alquilar sus bienes inmuebles o hacer crecer su negocio y hacerlo rentable. Para saber qué opción de inversión se adapta mejor a tus necesidades, tendrás que ponerte en contacto con un agencia de consultoría, que le proporcionará información y orientación completas sobre todo el proceso.
Conclusión
En resumen, en este artículo, hemos hablado sobre la nueva propuesta del Comité Francés con respecto a los impuestos basados en la ciudadanía y cuáles son las principales preocupaciones de este programa. Como la mejor alternativa, hemos mencionado los programas de ciudadanía por inversión (CBI) y los principales países con un CBI atractivo. El aumento de los impuestos basados en la ciudadanía pone de relieve la importancia de las opciones de ciudadanía flexibles y la creciente demanda de inversiones estratégicas en un mundo globalizado.
PREGUNTAS MÁS FRECUENTES
Sí, puede renunciar a su ciudadanía para evitar los impuestos basados en la ciudadanía. Sin embargo, es importante mencionar que esto no cancelará de inmediato tus obligaciones tributarias y puede obligarte a pagar tasas aún más altas.
Dependiendo del país, el tiempo requerido para obtener la ciudadanía mediante una inversión variará. Por ejemplo, en países como San Cristóbal y Nieves o Antigua y Barbuda, normalmente se necesitan de 3 a 6 meses, mientras que para obtener la ciudadanía maltesa se necesitan de 1 a 3 años.
Algunos de los países más populares que no pagan impuestos a sus ciudadanos no residentes son Francia, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Sí, la residencia por inversión es una buena opción para minimizar los impuestos, porque muchos países cuentan con sistemas tributarios favorables para las personas que solicitan la residencia mediante programas de inversión (por ejemplo, impuestos bajos sobre la renta extranjera, las ganancias de capital o la herencia).